CAPÍTULO 3
Los élderes ordenan presbíteros y maestros mediante la imposición de manos. Aproximadamente 401—421 d.C.
3 En el nombre de Jesucristo, te ordeno para que seas presbítero (o si fuera maestro, te ordeno para que seas maestro) para predicar el arrepentimiento y la aremisión de pecados, por medio de Jesucristo, mediante la perseverancia en la fe en su nombre hasta el fin. Amén.
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